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¿CÓMO REGULAR LOS DISPOSITIVOS EN LOS NIÑOS Y JÓVENES?




¿CÓMO REGULAR LOS DISPOSITIVOS EN LOS NIÑOS

Y JÓVENES?


En los tiempos que corren, tanto adultos como niños estamos inmersos en un mundo tecnológico y no podemos permanecer ajenos a eso, ni pretender que nuestros hijos lo estén. Ya todos conocemos los aspectos negativos del exceso de exposición a las pantallas, pero una actitud inflexible ante el uso de las mismas no es la mejor solución.

Es importante conversar con ellos y explicarles que si bien estamos atravesados por la tecnología no es saludable la sobre exposición a las pantallas (así como ningún exceso lo es).

Si el uso y exposición de dispositivos es equilibrado, regulado y bien utilizado todos podemos sacarle un buen aprovecho al uso de Internet y de las redes.

Para lograr esto de manera efectiva será necesario crear un plan de pantallas.


- La idea de anticiparnos permite conversar con el niño acerca de la importancia de equilibrar sus actividades diarias, permitiendo el uso de dispositivos pero de manera controlada. Podemos pensar juntos qué actividades recreativas pueden desarrollar que no impliquen la tecnología y que sean placenteras y divertidas para ellos.

- Es importante que ellos mismos puedan aprender a regular el uso de la tecnología en cuanto al tiempo y lugares y forma de uso.

- Es necesario, además de los controles parentales y filtros de seguridad intentar controlar aquello a lo que se exponen nuestros hijos en sus dispositivos. Acompañar, conversar, enseñar y compartir con ellos.

- Fijar horarios de uso de pantallas para que no interfieran con otras actividades familiares. Al limitar la exposición a pantallas debemos tener en cuenta la edad, personalidad y nivel de desarrollo del niño. Es una buena opción tener un reloj cerca del niño para que cuando éste suene, sepa que ya se acabó su tiempo de dispositivo y lo invite a cambiar de actividad.

- Podemos acercarnos anticipando que está por terminar el tiempo de pantallas. Sentarnos a su lado y comentar algo acerca de lo que ve para luego recordarle que quedan unos minutos.

- Es muy importante indicarle al niño que el tiempo ha terminado y que sea él mismo quien apague y deje el dispositivo. No hacerlo nosotros.

- Si le recordamos que su tiempo ha terminado y no se desconecta, volveremos a repetir el pedido. Si continúa sin apagar se le puede poner una mano en el hombro y, haciendo contacto visual le avisaremos que vamos a apagarlo para que dentro de un tiempo pueda volver a utilizarlo. Lo invitaremos a pasar un rato juntos o a realizar alguna otra actividad que sea de su agrado.

- Es muy posible y esperable que se enoje, grite o demuestre su bronca por tener que desconectarse. Empatizaremos con su emoción y validaremos su enojo. Podemos recordarle que recurra a esas propuestas (sin tecnología) que habíamos anticipado.

En el caso de los adolescentes, debemos considerar que en los tiempos que corren ellos se vinculan a través de las redes por lo que si bien es necesario limitar, será más importante controlar no tanto el tiempo de exposición y uso de las mismas sino el tiempo que pasa en el mundo real y hasta dónde cumple con lo que es esperable para su edad: asistir a clases, hacer deporte, leer, estudiar, compartir la cena, participar de eventos sociales o familiares, etc.

Los jóvenes necesitan aprender a manejarse con la tecnología de una forma positiva.


ALGUNAS SUGERENCIAS:


- Durante el momento de las comidas apagar todas las pantallas y dejar lejos y silenciados todos los dispositivos (los nuestros también!!).

- Intentemos acompañar a nuestros hijos en algunos momentos de pantalla, compartiendo ese contenido con ellos.

- No usar nunca las pantallas para calmar a los niños.

- Evitar que las pantallas sean un derecho adquirido, sino mas bien que puedan tener acceso a ellas bajo un plan establecido, que será más o menos flexible de acuerdo a la edad y variables que los adultos consideren.

- Intentar evitar las pantallas al momento de dormirse.

- Se aconseja seguir a los jóvenes en las redes, solo si ellos lo desean, ya que necesitan sentir que tienen su espacio privado. Los padres no somos pares sino quienes acompañamos, orientamos y a quienes acuden en caso de necesitarlo.

Sería importante que podamos disfrutar y sacar un buen provecho de las pantallas y los dispositivos. Ni caer en la adicción ni tampoco demonizarlas sino lograr un equilibrio, tanto en nosotros como en nuestros chicos y jóvenes.


EL SECRETO ES REGULAR, OPTIMIZAR y ACOMPAÑAR.


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